El cambio

En definitiva no puedo bajar de peso. No lo podré hacer mientras siga encasillado en mi rutina, con los mismos hábitos, con los mismos pensamientos y en la misma mente. Hoy doy un golpe de timón. Renuncio a mi trabajo, me enfilo hacia otro rumbo en la vida. ¿Qué si da miedo?, claro que da muchísimo miedo. Es algo que da pavor en el instante mismo de pensarlo y hacerlo es algo aún mucho más difícil. No sé cómo me irá en esta nueva aventura pero algo está cambiando, eso es definitivo. Ya no hay vuelta atrás, hoy quemo estas naves y cancelo el camino de regreso. Hoy es el cambio para poder vivir, hoy me aviento al abismo de la incertidumbre con la certeza de que es lo que necesito. Mi rutina está por desaparecer por completo con la esperanza de que en ese caos nazca una nueva esperanza y pueda así lograr esta meta, que parece fútil y banal, pero que es mi única esperanza de vida, controlar mi peso.